martes, 31 de enero de 2012

LA MUERTE NIÑA

 Después de Algún tiempo ausente de mi blog, quiero compartirles una tradición que ha quedado en el pasado y ahora sólo varios archivos fotográficos y escritos dan cuenta de ella, se le conoce como la "velación de los angelitos" y a su captura en fotografía como "La muerte niña"; después de mi visita a una exposición de estos trabajos en el Museo Regional de Historia de Aguascalientes (y de donde proceden las imágenes aquí presentadas), me puse a investigar un poco más al respecto, para compartirles esta hermosa costumbre olvidada.





La muerte de una persona nunca dejará de representar dolor para sus familiares y seres queridos, por este motivo en nuestro México se les recuerda en fechas como el 2 de Noviembre, pero una hermosa tradición que vio pasar sus años dorados hace un par de siglos, se dedicó a preservar un recuerdo y celebrar la partida de los seres más preciados, los hijos que murieron siendo aún pequeños, o como se les conoce en esta antigua costumbre, “El velorio de angelitos” y su recuerdo en fotografía como “La muerte niña”.

De Francia a mediados del siglo XIIX, nos llega la costumbre de retratar a los difuntos y que con la corriente social del romanticismo, era una actividad normal, pues a la muerte no se le veía como un suceso doloroso, sino como una transición gozosa. En México se le dio gran relevancia a este suceso principalmente en el caso de los niños, que en la primera mitad del siglo XIX era común que murieran por las múltiples enfermedades que se presentaban y gracias a la llegada de los equipos de fotografía al país, todas las clases sociales tenían la oportunidad de tener un recuerdo de su transición a una nueva vida.





"Recordar es el mejor modo de olvidar"
Sigmund Freud






La fotografía del “angelito” era solamente un momento inmortalizado de un largo ritual o fiesta que iniciaba con la muerte del pequeño, inmediatamente después del deceso, se le llamaba a sus padrinos de bautismo, quienes se encargaban de amortajar al difuntito con su ropón de bautismo o mandaban confeccionar ropa especial, además de contratar músicos y coheteros que anunciaran con estallidos de pólvora y música, que el pequeño iniciaba su camino al cielo.






El cuerpo del pequeño era colocado en un altar que podía ser una mesa, cama o una estructura especial, vestido con hermosas ropas, rodeado de flores y velas, era el centro de atención de los familiares y amigos que comenzaban a llegar, y de los que los que llamados por el alboroto, se acercaban para degustar los alimentos que eran preparados, café de olla, atole con piloncillo, aguardiente, frijoles, tortillas y lo que el presupuesto de la familia pudiera ofrecer, ya después se acercarán a presentar sus respetos y a preguntar de que había muerto el difuntito.




“Toda la noche tronaron los cuetes y sonó la música. Los hombres se acabaron los dos garrafones de aguardiente. ¿le sirvo otra? sí, para refugito salucita salucita luego llegaba otro y le preguntaba a la mamá: ¿de qué murió el difuntiado?”            

Elena Poniatowska. Hasta no verte Jesús mío



La fotografía del difuntito se realizaba en la misma casa o en  estudio fotográfico, vestían sus mejores ropas o con atuendos que recordaban al Sagrado Corazón, San José, santos o vírgenes; además los padrinos coronaban su cabeza con una corona hecha con azares, flores, estrellitas de papel o palma cómo símbolo de su virginidad y eran principalmente los padres y padrinos los que tenían el honor de inmortalizar ese momento en una fotografía.



En este tipo de fotografías, las personas no aparecían con caras de tristeza, pues durante este ritual, quienes mostraban esa tristeza, eran criticadas por la sociedad, ya que contradecían sus propias creencias de que el pequeño tenía una transición a una vida mas dichosa y afortunada, es por ello que la velación de un angelito era considerada una fiesta y no motivo de duelo.

Ya entrado el siglo XX, la práctica de esta costumbre comenzó a perderse por la influencia de agentes modernizadores como médicos, instituciones sanitarias, profesores y hasta algunos miembros del clero, rastros de estas prácticas se conservan el algunas áreas rurales y aún se les recuerda a estos angelitos cada 1 de Noviembre.














"La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente".

François Mauriac

11 comentarios:

  1. MUY BUEN ARTICULO, FELICIDADES!

    ES INTERESANTE COMO VEIAN LA MUERTE DE LOS NIÑOS, ME IMAGINO QUE EN CIERTA FORMA ERA DIFICIL VERLO DE ESA MANERA, PERO TENIAN QUE QUEDAR BIEN ANTE LA SOCIEDAD.

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    1. Gracias por el comentario y obviamente es difícil una situación así, pero precisamente en eso radica la fe y convicciones sólidas y ese es el gran error, hacer algo por sólo "quedar bien" ante la sociedad o cualquier persona, las cosas se deben realizar con una sinceridad ante uno mismo, todos y todo. (-_o)

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  2. Oye, míster, qué buen blog tienes; no había ojeado entradas anteriores al de la fotocaminata por Madero.
    En cuanto a este tema, siempre me turba un poquito, no la foto por si misma, sino ponerme en los zapatos de quienes sostienen o rodean al difunto, sobre todo en los de clase baja, que quizá no tuvieron un retrato de éste mientras vivía pero, por ser la costumbre, como mencionas, hubieron de tomarlo tras su muerte.
    (El párrafo sonó más bien a trabalenguas).
    En fin, en costumbres se rompen géneros (o como sea la variante apropiada del dicho).
    Saludos.

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    1. Gracias por echar un vistazo a mis demás publicaciones Ulises, es un gusto el saber que son del interés de las personas. Respecto a este post en específico, es una maravilla el poder contar con material de este tipo, ya lo dice el refrán: "Una imagen vale más que mil palabras" y es así que las fotos nos transportan a una época y costumbres lejanas, los rostros, la ropa, los lugares nos cuentan toda una historia.
      Espero sigas paseando por mi blog y ojalá encuentres más temas de tu interés.
      ¡Saludos Ulises!

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  3. Qué tal amigo, interesante información. ¿Podría saber de dónde obtuviste todos los datos que mencionas en tu artículo?

    Mario Palacios

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    1. ¡Hola Mario! Gracias por visitar mi blog.
      La información que he manejado en esta publicación le he tomado de varias fuentes, pero principalmente de el museo en el que se presento la exposición fotográfica de donde he tomado las fotos que ves aquí, también hay datos de Internet y de libros sobre fotografía en México de finales del siglo XIX y principios del XX.
      Espero que sigas visitando "Neko no kimoshi" y encuentres más temas de tu interés ¡Saludos!

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    2. Muy bien. Resulta que soy el co-curador de dicha exposición, que se presenta en el Museo Regional de Historia. Me saltó un poco el texto que presentas aquí, pues es muy parecido al que escribí en el guión museográfico. Y como no vi ninguna cita, pues me sorprendí.
      Como historiador te comento, sin agraviar, que eso no es válido, pues es considerado plagio. Además las fotografías pertenecen al Archivo Histórico del Estado de Aguascalientes.

      Gracias por responder.

      Estás invitado a la conferencia que se dará mañana a las 7:00 pm en el mismo museo. Estará dedicado a la investigación histórica de este ritual.

      Saludos.

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    3. El texto es muy parecido, incluso la información que obtuve (principalmente la que encontré en Internet), es muy similar a la que se maneja en la exposición, imagino que por que trata de el mismo tema, pero puedo asegurarte que no es una transcripción de tú información, la cual sólo tomé como base para hacer mi propia investigación. Respecto a las fotografías, esas sí son las que aparecen en la exposición y no puedo discutirte nada, y aunque no había alguna restricción en la sala (escrita o verbal), procederé a retirarlas y sustituirlas por material libre de la Red (en no más de una semana), ya luego haré el comentario al museo de que coloquen alguna advertencia bien visible al respecto y/o se les informe a los visitantes.

      Gracias por la invitación al evento, sin duda asistiré, pues es un tema de mucho interés.

      Saludos y gracias.

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    4. Consulté con el Museo Regional de Historia y las fotografías están permitidas, con la única restricción que las mismas deben ser tomadas sin flash, por lo que he restituido las mismas, aunque especifico que son imágenes de las expuestas en esa sala.

      Saludos.

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  4. Hola en primera instancia una felicitación por la información y quisiera comentar que en en el Municipio de Chalchicomula de Sesma en el estado de Puebla, existe una propuesta escénica desde la perspectiva de la música tradicional. Es un montaje que muestra el momento festivo que se realizaba al morir el infante, el estudio Etnocoreologico muestra una propuesta dancistica y musical de este fenómeno festivo y lo plasma a finales del siglo XIX y principios del XX. El fundamento principal de este montaje son los relatos orales y las entrevistas que se realizaron es el municipio en el 2007 y 2008.
    Contacto:facebook/luis burgula

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    1. Hola Luis.
      Muchas gracias por tu felicitación y comentario. Es muy interesante lo que comentas, definitivamente una más de las perspectivas que abordan el tema de la muerte, me resultaría sumamente interesante poder asistir a un evento así, pues la música me resulta de gran interés, gracias nuevamente por el dato, investigaré más al respecto y gracias por tu visita a mi blog.

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